Lo malo de la resignacion es que con ella se pierde el espiritu de lucha. A veces llega demasiado pronto, y más que un don del tiempo resulta una maldición. La percepción de lo que es inevitable no siempre es correcta.
A mi no me gusta la resignación, hace poco que le quitaron el apellido pero durante mucho tiempo se llamó resignación cristiana...grrr. Lo que si me gusta muchísimo es Doré :)
Me encanta la cita, me viene como anillo al dedo. Y el grabado, que hermosura!
ResponderEliminarY eso habla de vos, claro, porque para cortar y pegar hay que tener buen gusto. Y evidentemente, eso te sobra.
ResponderEliminarLo malo de la resignacion es que con ella se pierde el espiritu de lucha. A veces llega demasiado pronto, y más que un don del tiempo resulta una maldición. La percepción de lo que es inevitable no siempre es correcta.
ResponderEliminarFeliz tarde, madame
Bisous
A mi no me gusta la resignación, hace poco que le quitaron el apellido pero durante mucho tiempo se llamó resignación cristiana...grrr. Lo que si me gusta muchísimo es Doré :)
ResponderEliminarUn beso
Resignarse suena feo, dice mi psiquiatra, se inclina más por la aceptación de la realidad.
ResponderEliminarTantos son los [arc]ángeles caídos... Pobres.
No renuncïis mai;busca un altre camí^-^.
ResponderEliminarPues yo me rebelo.
ResponderEliminarResignarse es aceptar lo que uno no quiere...
Ante la duda dejo un sí!!
ResponderEliminarsaludos